Acerca de Nosotros

En el Colegio Beato Juan XXIII, formamos estudiantes desde pre jardín hasta grado 11, brindando una educación integral y de calidad.

RESEÑA

Con el objeto de brindar claridad y ofrecer un mejor conocimiento y, comprensión al lector, es pertinente escribir unas líneas acerca de lo que ha sido el origen, evolución y desarrollo del Colegio Beato Juan XXIII, antes Colegio Diocesano Juan XXIII y en un principio Escuela Parroquial. No es posible tener una visión clara y precisa de esta institución docente sin el concurso de un personaje que fue vida y motor de ella, el Padre Guillermo Vivanco (feliz memoria), quien con la decidida participación y colaboración de la comunidad y de las fiestas y ferias de San Isidro Labrador, a través de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen cimentaron la Institución en todas sus estructuras.

El Colegio Diocesano Juan XXIII, a lo largo de sus cuatro décadas, ha prestado sus servicios a propios y extraños en el marco de sus limitaciones, pero con la convicción de estar actuando en función de una misión educadora, social y pastoral.

Su orientación siempre ha sido por naturaleza católica y las administraciones que por ella han pasado, encarnan los principios religiosos de la Iglesia Católica, por cuanto las personas que han tenido la responsabilidad administrativa practican los valores que constituyen la personalidad integral de todos los miembros de la Comunidad Educativa.

MISIÓN

El COLEGIO BEATO JUAN XXIII busca impartir formación integral de los y las estudiantes, fundamentada en los principios CRISTIANOS CATÓLICOS, éticos y morales, inspirados en el evangelio y orientados por el ejemplo virtuoso de la virgen maría, haciendo énfasis en la construcción humana y profesional con el espíritu crítico e investigativo que le permita asumir un liderazgo con libertad y autonomía, para tomar decisiones sabias y oportunas, encaminadas a buscar soluciones a la problemática y los retos del mundo de hoy.

El COLEGIO BEATO JUAN XXIII hacia el año 2030, continuará preparando hombres y mujeres de la más alta calidad humana y académica; comprometidos con su proyecto de vida personal, regional y nacional con capacidad de lograr sus metas y objetivos; formándose como “Buenos (As) cristianos (As) Y Honestos (As) Ciudadanos (As)”, para participar en la construcción de una sociedad más justa y solidaria

Los colegios de doctrina católica son considerados semilleros donde se cultivan valores y criterios que permitan a todas las personas que conforman la comunidad educativa, tener una forma de pensamiento y de acción libre, comprometida y responsable con la realidad personal y social en la cual se desenvuelven. Muchos son los valores que se promueven en los colegios de doctrinas católicas y todos ellos se han resumido en el siguiente decálogo:

1. AMOR A DIOS: es el valor por excelencia. Se constituye en la regla de oro de todos los pensamientos y actividades. La formación integral de las personas debe colocar en el centro de sus corazones y de sus vidas el amor a dios sobre todas las cosas.

2. AMOR AL PRÓJIMO: no se puede educar para vivir solos. Es necesario propiciar una educación que conduzca a reconocer al otro como un referente fundamental y esencial en la realización de las personas. Reconocer la alteridad como base de toda expresión humana. Y, además, de ser un referente indispensable, es necesario educar conduciendo a cada persona al amor por el otro, con todo lo que el amor conlleva: respeto, solidaridad, tolerancia, lealtad, justicia, equidad y juicio sano.

3. LA VERDAD: educar desde la verdad, en la verdad y para la verdad. La educación ha de tener como base fundamental e indiscutible la verdad. Verdad sobre el ser, sobre el quehacer, sobre el tener y sobre todas las posibilidades de cada persona. Verdad de la realidad, con sus principios y sus posibilidades propias de su misma naturaleza. Verdad reflejada en la honestidad de las palabras, de los pensamientos, de las intenciones y de todas las acciones. Hay que ser educadores de nuevas generaciones cuyo eje sea la verdad, frente a la cual, no se negocie nada ni nadie. La verdad que se opone a la mentira y a la falta de transparencia.

Implica verdad personal, verdad social, verdad científica, verdad religiosa, verdad política, verdad económica, verdad jurídica. Formadores de personas para quienes la verdad abarque todas las dimensiones de su pensar, de su actuar y de todas sus proyecciones. Hay que ser místicos de la verdad.

4. EL DIÁLOGO: educar respetando y dándole toda la dimensión y el valor a la palabra, tanto escrita como hablada. Hay que educar personas que sepan comunicarse y permitan que los demás se comuniquen. Y, educar para que la expresión en su totalidad, sea dialogada. El diálogo supone la búsqueda de la verdad entre varios. Excluye considerar que la verdad y la razón es propiedad de una persona o de un grupo. Cuando se forma para el diálogo se permite que todos los que dialogan tengan los mismos derechos y deberes y puedan expresarnos libre y voluntariamente.

5. LA TOLERANCIA: es uno de los valores urgentes en esta sociedad. Ser tolerantes es permitir que el otro exprese su alteridad en el sentido pleno de la palabra. Respetar su pensamiento, sus acciones, sus intenciones, y todo lo que él es como un ser diferente, dándole la posibilidad de equivocarse y de retractarse.

La tolerancia permite el perdón y el dar posibilidades al otro. Por la tolerancia no se le cierran los caminos a nadie. La tolerancia no es soportar indebidamente el querer del otro sin unas normas y reglas sociales; sino que, dentro de las más sanas y respetuosas relaciones sociales, se permite que el otro se exprese, actúe y piense diferente.

6. LA LIBERTAD: es el valor más sagrado de una persona. Robarle la libertad a alguien, restringirla o desfigurarla es uno de los crímenes más graves contra la dignidad de la persona. Hay que ser educadores del respeto de la dignidad humana, teniendo

como base que toda persona es libre y tiene derecho a realizar su libertad. La labor educativa, más que ser una tarea con base en restricciones y prohibiciones, ha de ser una labor preventiva cuya base sea la convicción personal en el sentido más amplio de la palabra.

7. RESPONSABILIDAD: es la acción en el tiempo oportuno y bajo las circunstancias oportunas. Ser responsable es hacer bien lo que corresponde y hacerlo pensando no de manera egoísta sino de forma respetuosa con los otros. Es responder oportunamente con los compromisos adquiridos, imprimiendo calidad en el hacer y en el desempeño. La responsabilidad implica capacidad de decisión, de acción y de dirección.

8. AFRONTAR LA VIDA: este es uno de los valores más englobantes de la educación. Ser educadores que conduzcan a que sus educandos sean capaces de afrontar la vida, tomándola con todas sus causas y consecuencias. No se puede educar sólo el pensamiento y sus propias estructuras, sino que se debe educar integralmente toda la persona para que tenga los instrumentos necesarios, que le permitan afrontar la vida y lograr su propia realización y la de aquellos que la comparten a su lado.

Cada colegio se desarrolla, desde el preescolar las respectivas competencias, habilidades, destrezas y dimensiones del ser humano, con el fin de preparar a los niños y a los jóvenes para afrontar la vida.

9. APRENDER A APRENDER: la educación debe conducir a todos los que conforman la comunidad educativa a aprender no sólo conceptos, habilidades, competencias y acciones, sino también, y de manera prioritaria, aprender a aprender; es decir, ser capaces de abrirse a todo tipo de conocimiento. Renunciar a ciertos prejuicios y preconceptos que no permiten ir más allá de lo que se es, de lo que se piensa y de lo que se tiene.

No se trata de renunciar a los propios conocimientos, sino de dar margen abierto a otro tipo de conceptos, de comprensiones y de apreciaciones que permitan progresar en el conocimiento, en la búsqueda de la calidad y de la perfección de nuestro aprendizaje.

10. SOLIDARIDAD, JUSTICIA Y PAZ: tres valores que han de estar siempre presentes en las acciones educativas. Ser solidarios para que el otro no pase desapercibido en la vida. Solidarios en las buenas y en las malas, que el otro sienta compañía y apoyo. Ser justos consigo mismo y con los demás. Saber reconocer los derechos y los deberes propios y los de quienes están al lado.

VISIÓN

VALORES INSTITUCIONALES